La muestra en el capitalino Centro de Convenciones tuvo hasta ahora “una respuesta muy favorable, con buena cantidad de visitantes que compran libros, aún por cuantificar, pero fuerte sobre todo los fines de semana”, declaró a Prensa Latina el presidente de la Cámara Costarricense del Libro, Oscar Castillo.

El recinto ferial “estuvo realmente abarrotado los sábados y domingos», mientras los otros días hubo una respuesta aceptable, sobre todo durante jornadas en que se volcaron miles de estudiantes de primaria y de secundaria al evento, en especial en las mañanas”, según el también director de la editorial Uruk.

Otro hecho que observamos –señala el editor- es un flujo de compradores de libros y lectores que vienen durante esos días porque les gusta tener más tranquilidad, y esperamos una cantidad mucho mayor desde el sábado, porque este fin de semana es largo y seguro superará al primer fin de semana, que fue muy concurrido.

Unos 80 expositores de México, Honduras, Nicaragua, Guatemala, Perú, Cuba y el país sede exponen en esta Feria Internacional del Libro, que tiene el respaldo de la gubernamental Declaratoria de Interés Cultural y Educativa, y forma parte de la marca país Esencial Costa Rica.

El presidente de la Cámara del Libro contrastó las eventuales ventajas y desventajas del gigantesco recinto ferial del Centro de Convenciones, para muchos buenas por los grandes,cómodos y bien ventilados espacios para estands y movimientos de público, pero tal vez menos buenas para algunos por su distancia a unos 10 kilómetros de esta capital.

Algunos de estos últimos prefieren las ferias celebradas en el otro espacio tradicional dedicado a estos eventos, el antiguo edificio de la Aduana, en el centro de San José y a pocas cuadras del céntrico Parque Central.

“Esta es la segunda vez –explica Castillo- que la hacemos en este Centro de Convenciones y esperamos se repita, pues ya lo tenemos reservado para el 2026 y 2027, aunque quedan detalles por hacer, una serie de modificaciones respecto a las ferias tradicionales”.

Los escritores nacionales incluyen obras y autores distinguidos como el poeta Edmundo Retana, y su poemario “El incendio del Ser”, merecedor en 2024 del Premio Nacional Aquileo J. Echavarría.

El también dueño de la Editorial Oro Viejo, declaró a Prensa Latina que su libro “dedicado a la paz (“más que a la guerra”), está integrado por 40 poemas, 10 de ellos consagrados a las luchas de Palestina”.

Los autores extranjeros, comprendieron este año entre sus principales invitados a la reconocida escritora española Irene Vallejo, autora de la buscada obra “El infinito en un junco”.

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