“Por eso vuelcan contra Cuba cada hora, cada día, las más perversas medidas, las más destructivas iniciativas que se les ocurre a estos mercaderes del mal”, dijo el dirigente boricua en un mensaje al presidente cubano Miguel Díaz-Canel, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba.
Muriente Pérez afirmó que a nadie debe sorprender que el gobierno de Estados Unidos y sus cómplices hayan dedicado tanta energía y recursos durante todo este tiempo, con tal de impedir que germinara, creciera y triunfara el fruto de aquella semilla plantada el 26 de julio de 1953, que era continuidad histórica de una larga lucha por la libertad.
“En una dimensión histórica mayor, le ha correspondido a Cuba Revolucionaria pagar el alto precio —y a la vez el honor— que significa ser vanguardia de los pueblos que luchan por su verdadera independencia”, dijo en su comunicación a Díaz-Canel.
Refirió que estos setenta y dos años representan una enorme derrota para el imperialismo y sus secuaces, puesto que Cuba ha prevalecido y la Revolución también ha prevalecido.
El presidente del MINH reconoció que “ha sido alto, muy alto, el esfuerzo del heroico pueblo cubano para que hallamos podido llegar hasta aquí, para que podamos recordar victoriosamente a Fidel y los Moncadistas, para que podamos seguir hablando del porvenir y de la paz y la felicidad como una utopía posible”.
“Cuba es ejemplo de perseverancia; y con Cuba aprendemos a ser perseverantes. Cuba combate y triunfa a pesar de tanta agresión desalmada; y con Cuba, aprendemos a combatir y triunfar contra el enemigo común”, indicó el dirigente izquierdista puertorriqueño.
Afirmó que “somos conscientes del momento dramático que enfrenta la Revolución Cubana en estos tiempos de fascismo, agresión e intolerancia magnificadas”.
“Usted mismo ha sido objeto de ataques infames de la maldad que se cuece en el Norte, (donde) se ha entronizado lo peor de la especie humana. Son momentos difíciles, para Cuba y para nuestras luchas respectivas”, manifestó en su mensaje a Díaz-Canel .
Muriente Pérez aclaró, a la vez, que la resignación no es opción, mucho menos la rendición, la indiferencia o la negación; el temor o la cobardía.
“Hoy como pocas veces en estos setenta y dos años el Moncada es espejo en el que debemos mirarnos; hoy como pocas veces adquieren pertinencia y valor tanta voluntad, tantas convicciones, tanta seguridad y confianza, tanto sentido del deber”, insistió el dirigente del MINH.
Consideró que “ese es el paradigma del que tienen que apoderarse las nuevas generaciones, tan expuestas al bombardeo mediático y a la desinformación del enemigo, que apuesta a la erosión de los principios en que se funda la Revolución Cubana y a imponer falsos sueños de abundancia y prosperidad”.
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