«No vamos a permitir que el terror cruce nuestras fronteras ni que se instale en nuestras calles», escribió el titular en su cuenta de la red social X.
El mensaje llega luego de que el viernes pasado el Gobierno ecuatoriano iniciara la repatriación de los reclusos al país vecino, una procedimiento que Colombia denunció que se comenzó a realizar de manera «unilateral» e «inamistosa».
De acuerdo con Reimberg, «esta acción forma parte de nuestra política de tolerancia cero con el crimen organizado. Quienes atenten contra la seguridad del país, no tienen cabida aquí».
El funcionario señaló que los extranjeros estaban finalizando su tiempo en prisión tras haber sido capturados por robo, receptación, tráfico de drogas y delitos contra la propiedad.
La cancillería colombiana expresó «su más enérgica protesta» contra Ecuador por dar inicio al traslado de los prisioneros «sin que se hubiera diseñado el protocolo, impidiendo la plena identificación de los ciudadanos deportados, la verificación de su situación jurídica, e incumpliendo así las más básicas nociones del Derecho Internacional».
Luego, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de Ecuador negó una «deportación colectiva» y aseguró que se garantizaba «el respeto al debido proceso mediante la emisión de resoluciones individuales debidamente motivadas y la correspondiente boleta de excarcelación».
Aunque Quito defendió que comunicó oficialmente al Consulado colombiano la entrega de los reos, el presidente Gustavo Petro consideró que «Ecuador nos responde con desdén»
Medios locales ecuatorianos indicaron que a diferencia de otras deportaciones de prisioneros que debían seguir cumpliendo su condena en Colombia, esta vez los expulsados recuperan la libertad al entrar en territorio colombiano si no cuentan con procesos pendientes en ese país.
Usuarios en redes sociales advirtieron sobre la posibilidad de que esos expulsados retornen a Ecuador y vuelvan a delinquir debido a la vulnerabilidad de la frontera y su escasa vigilancia.
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