Al menos así lo afirma el ejército tailandés, que acusó al del territorio vecino este martes de violar la tregua y precisa que su país se ve obligado a responder adecuadamente, una frase idéntica a la empleada el 24 de julio anterior, cuando las fuerzas castrenses de ambas naciones se culparon una a otra de iniciar una embestida.
Mientras el primer ministro camboyano, Hun Manet, aseguró en la red social Facebook: “La línea de frente se ha tranquilizado después del alto el fuego a medianoche”.
El mandatario camboyano se reunió ayer en Malasia con el primer ministro interino de Tailandia, Phumtham Wechayachai, para negociar un cese de las hostilidades y, durante la cita, cada parte cuestionó la sinceridad de la otra, pues sus discursos en los últimos días apenas coinciden.
Las actuales confrontaciones han cobrado 38 víctimas mortales de los dos países, decenas de heridos y el desplazamiento de casi 300 mil personas.
El pleito combina elementos históricos no resueltos, pues la frontera fue cartografiada por Francia en 1907 (época colonial), pero sigue teniendo varios puntos sin demarcar, que han propiciado enfrentamientos a lo largo de los años.
La presente escalada es vista como uno de los choques más sangrientos entre estos vecinos del sudeste asiático que se han atacado esta vez con aviones de combate, artillería, tanques e infantería.
Camboya elevó el pleito territorial a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), a inicios de junio, y justificó el acto como un intento de brindar una solución pacífica basada en el derecho internacional, en tanto Bangkok abogaba por llegar a un acuerdo de forma bilateral.
El 28 de mayo, el encuentro de los Ejércitos de los dos países en una zona fronteriza sin demarcar y reclamada por ambos gobiernos, culminó en una pugna que ocasionó la muerte de un soldado camboyano.
Por otra parte, el 23 de julio, un soldado tailandés perdió su pierna derecha, al pisar una mina terrestre en un territorio fronterizo en Ubon Ratchathani.
Numerosas naciones y organismos internacionales han instado a los gobiernos a resolver la cuestión a través del diálogo, falta solo que los actos y las palabras de ambos lados coincidan, además de que las palabras sean respaldadas por los actos.
Según lo acordado en Kuala Lumpur, un comité transfronterizo sostendrá una reunión en Camboya, el próximo 4 de agosto.
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