La víspera varios comercios y unidades bancarias anunciaron el cierre de sus establecimientos para la jornada de este martes, para evitar ser víctimas del pillaje en el que incurrieron varios ciudadanos arropados en una convocatoria a la huelga realizada por transportistas para los días 28, 29 y 30 de julio.

Aun cuando la llamada al paro fue retirada por las principales asociaciones y cooperativas de taxis, una parte de los conductores dejaron de prestar servicios mientras un grupo de ciudadanos empleó el asunto como pretexto para la intimidación contra ciudadanos y comerciantes.

El portavoz de la Policía Nacional de Angola (PNA), subcomisario Mateus Rodrigues, afirmó en la noche del lunes que la situación en Luanda estaba bajo control de las fuerzas del orden y dijo que más de 100 personas fueron detenidas, en tanto 20 autobuses resultaron dañados y se realizaba el levantamiento de los vehículos particulares afectados.

Añadió que las personas retenidas serían puestas a disposición de la justicia y que las detenciones continuarán teniendo en cuenta las imágenes de seguridad disponibles y otros testimonios, de manera que no quedarían impunes las acciones violentas.

La Asociación Nacional de Taxistas de Angola (Anata) emitió un comunicado condenando públicamente los actos de violencia y aclaró que dicho comportamiento no representa la conducta del sector del taxi.

Agregó que la huelga fue propuesta por una plataforma de asociaciones, para protestar contra el incremento del precio del diésel y del precio del transporte, pero tanto la Anata como otras cooperativas retiraron su apoyo tras negociar con el Gobierno Provincial de Luanda.

En la nota igualmente se desmarcaron de los actos de vandalismo ocurridos.

Como resultado de estas acciones cientos de personas no pudieron trasladarse a sus centros de trabajo el lunes, y hoy martes muchos decidieron permanecer en sus casas ante el riesgo de violencia, incluidos los taxistas.

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