Los transportistas, convocados a una huelga los días 28, 29 y 30 de julio que luego fue cancelada, están ausentes de las calles desde ayer, debido a la coerción que sufrieron el lunes los que salieron a prestar servicio, para que se unieran al paro.

Los pequeños comercios y varias cadenas de mercados y almacenes, así como agencias bancarias, se mantienen cerrados a pesar de los dispositivos policiales que continúan en las calles para reponer el orden.

La víspera, el portavoz de la Policía Nacional de Angola (PNA), subcomisario Mateus Rodrigues, informó la detención de mil 214 personas por presunta participación en los hechos de asaltos a comercios, agresiones y otros actos violentos.

Igualmente comunicó la muerte de un oficial de policía en la provincia de Icolo y Bengo, quien resultó gravemente herido el martes en las acciones de control del orden público en ese territorio y terminó por fallecer en una institución hospitalaria.

Rodrigues aseguró que la situación de seguridad en Luanda es estable, a pesar de algunos focos en distintos puntos de la ciudad, así como en las provincias de Huambo e Icolo y Bengo.

Insistió en el llamado a mantener la paz y el orden, pero precisó que las medidas de seguridad adoptadas por la PNA continuarían este miércoles, teniendo en cuenta que la huelga de transportes que sirvió de pretexto para los actos de desorden público y pillaje estaba prevista para tres días.

Hasta el momento se reportaron cuatro personas muertas en los disturbios, mientras que diversas instituciones, organizaciones de la sociedad civil y partidos políticos llamaron a mantener la paz y ejercer el derecho de manifestación acorde con lo que establece la ley.

Los actos violentos de estos días iniciaron tras un fallido intento de huelga de transporte en protesta por el incremento de los precios del diésel y del pasaje.

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