A través de un mensaje a la nación, el mandatario indicó que dichas acciones de respaldo se aplicarán a partir del próximo lunes y su objetivo es reponer más rápidamente las existencias de estos comercios y preservar los empleos amenazados.
El jefe de Estado catalogó los disturbios como “actos de sabotaje contra la economía”, y los describió como acciones premeditadas de destrucción de propiedad pública y privada, asaltos y saqueos a establecimientos comerciales, amenazas y coacciones a ciudadanos pacíficos para que no se presentaran a trabajar.
Sostuvo que, aunque las huelgas y manifestaciones son derechos ciudadanos consagrados en la Constitución y la ley, lo ocurrido son delitos punibles, y acusó de estos actos a “ciudadanos irresponsables, manipulados por organizaciones antipatrióticas nacionales y extranjeras a través de las redes sociales”.
Lourenço condenó estas acciones y lamentó la pérdida de vidas humanas, además de expresar condolencias a las familias enlutadas y desear pronta recuperación a los heridos.
Defendió el actuar de las fuerzas del orden, que intervinieron “dentro del marco de sus obligaciones”; y agradeció la labor de estas, así como al sistema judicial, a los profesionales sanitarios que atendieron a los heridos, y a los partidos políticos, iglesias, organizaciones de la sociedad civil y a todos los que se manifestaron públicamente condenando estos actos.
“Veintitrés años después del fin del conflicto armado y en el año en que el país celebra el aniversario 50 de la proclamación de su Independencia Nacional, no podemos aceptar ni tolerar más dolor y luto entre los angoleños”, dijo el presidente.
Agregó que aún hay muchos problemas sociales por resolver y afirmó que el Estado está haciendo todo lo posible, invirtiendo en servicios sociales, salud, educación, vivienda y creación de empleo; además de en la formación profesional y las grandes obras públicas para la construcción de infraestructura vial, portuaria, aeroportuaria, energética e hídrica.
No obstante, llamó la atención sobre el hecho de que los actos de vandalismo contra empresas y establecimientos comerciales privados solo desalientan la inversión privada y, por lo tanto, reducen la oferta de bienes, servicios y empleos.
“Este episodio solo confirma que la educación de nuestros niños, de los jóvenes que serán las mujeres y los hombres del mañana, no reside en las redes sociales sin rostro ni identidad, sino en la familia, la escuela y la comunidad comprometida con el presente y el futuro de Angola”, enfatizó.
Hizo un llamado a todos los actores sociales a reforzar la educación cívica, moral y académica de las nuevas generaciones, y afirmó que “quien orquestó y condujo este acto criminal fue derrotado y nos ayudó a todos, Poder Ejecutivo y sociedad, a tomar medidas preventivas y mejores formas de responder”.
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