Según informó la Defensa Civil Siria, los equipos de emergencia acudieron al lugar de la explosión, inspeccionaron la zona y trasladaron los cuerpos de los dos niños a la oficina de medicina forense de Alepo.
Las municiones y minas remanentes de la guerra figuran entre las principales amenazas para la vida de los civiles en Siria, y dificulta el regreso de las personas desplazadas y la recuperación de las comunidades.
A principios de julio, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios confirmó que 390 civiles, incluidos más de 100 niños, habían muerto en Siria como consecuencia de las minas entre el 1 de enero y el 30 de junio de este año.
Explicó que la contaminación por artefactos explosivos sigue teniendo efectos letales en toda Siria.
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