La fracción debía correrse entre Duitama y Tocancipá, pero los organizadores decidieron no dar la largada ante los riesgos logísticos y de seguridad, en consenso con los directores técnicos de los equipos participantes.
La medida responde al impacto directo del paro, que desde hace días interrumpe el paso por carreteras claves en la región y representa una amenaza para corredores, cuerpos técnicos, árbitros, medios y personal de apoyo de la caravana.
Como solución inmediata, la jornada de este martes se usará para trasladar a los equipos por una ruta alterna que incluye Pajarito, Aguazul, Villavicencio y Bogotá, de cara a reanudar la competencia mañana con la sexta etapa.
La emblemática prueba, que celebra este año su edición 75, reafirma así su compromiso con el bienestar de todos sus protagonistas, incluso en medio de tensiones sociales como la actual.
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