Al intervenir en la Tercera Conferencia de la ONU sobre el tema, Guterres mencionó también los altos costos del transporte y el acceso limitado a los mercados globales.
La geografía con frecuencia limita las oportunidades y consolida la desigualdad. Muchas naciones son altamente vulnerables, dependen de las exportaciones de materias primas, están expuestas a precios volátiles y limitadas por bases económicas limitadas, comentó.
Mientras tanto, la carga de la deuda aumenta a niveles peligrosos e insostenibles. Un tercio de esos Estados se enfrenta a la vulnerabilidad, la inseguridad o los conflictos. A pesar de constituir el siete por ciento de la población mundial, representan poco más del uno por ciento de la economía y el comercio, un claro ejemplo de las profundas desigualdades que perpetúan la marginación, añadió.
Guterres reiteró la necesidad de reformar “una arquitectura económica y financiera global injusta, inadecuada para las realidades del mundo interconectado actual, agravada por la negligencia sistémica, las barreras estructurales y, en muchos casos, el legado de un pasado colonial”.
Además, advirtió sobre el impacto de crisis recientes como la pandemia de la Covid-19, los desastres climáticos, las interrupciones de la cadena de suministro, los conflictos y las tensiones geopolíticas.
El titular de la ONU instó a acelerar la transformación estructural y la diversificación económica, realizar inversiones audaces y sostenidas en industrias de valor añadido, promover la innovación local y un crecimiento inclusivo, impulsar la transformación digital y fortalecer el comercio, el tránsito y la conectividad regional. ´
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