El juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (STF), ordenó este lunes la reclusión en casa de Bolsonaro como parte de la investigación sobre las acciones del exmandatario contra la soberanía nacional y de su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro.
De Moraes argumentó en su decisión que el exgobernante ha «incumplido reiteradamente las medidas cautelares».
Según el decreto, Bolsonaro tiene prohibido recibir visitas, con excepción de sus abogados, y solo puede tener contacto con personas autorizadas por el STF.
El juez adoptó la medida de reforzar la protección y restringir el acceso al corazón administrativo del Gobierno federal después que simpatizantes del excapitán del Ejército convocaran a una protesta con bocinazos contra la decisión del magistrado.
Un bloqueo de varias arterias pretendía impedir que los manifestantes llegaran a la Plaza de los Tres Poderes, donde se encuentra la sede del Supremo.
También De Moraes firmó un laudo que prohíbe el establecimiento de nuevos campamentos en un radio de un kilómetro de la Plaza de los Tres Poderes, la Explanada de los Ministerios e incluso los cuarteles de las Fuerzas Armadas.
El ministro justificó esta medida afirmando que la adoptaba para evitar otro levantamiento como del 8 de enero de 2023, cuando adeptos radicales de Bolsonaro invadieron y saquearon edificios públicos en el centro gubernamental en esta capital.
Anoche, tras bloquear la explanada, simpatizantes del expresidente se desplazaron en coches y motos, escoltados por un vehículo de la Policía Militar, hacia el Jardín Botánico, donde se encuentra el condominio del expresidente, coreando «Fuera, De Moraes».
Según una encuesta del Instituto Quaest, publicada este martes, el 53 por ciento de las publicaciones en redes sociales sobre el arresto domiciliario de Bolsonaro se mostraron a favor de la decisión del ministro.
Por otro lado, un 47 por ciento de las publicaciones estaban en contra.
La muestra indica que el caso evidenció un escenario altamente polarizado en los debates en las plataformas digitales.
El instituto monitoreó 1,16 millones de publicaciones que mencionaban el encierro domiciliario del expresidente en las principales plataformas de redes sociales, como Facebook, Instagram y X.
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