A través de un comunicado, el movimiento político y militar criticó al gabinete de debilitar la posición de Líbano ante la agresión israelí-estadounidense, y de otorgarle a Tel Aviv lo que no pudo conseguir durante la guerra.
Hizbulah enfatizó que este paso del gobierno constituye una violación clara del pacto nacional y de la declaración ministerial, que estipula el compromiso de liberar los territorios ocupados y extender la soberanía estatal, incluyendo el despliegue del ejército en toda la frontera reconocida.
El partido defendió que el poder de la Resistencia es parte de la fortaleza del país, y armar y reforzar al ejército libanés es una condición esencial para enfrentar a Israel y recuperar los territorios ocupados.
A juicio de la Resistencia, la resolución del gobierno fue resultado de presiones directas del enviado estadounidense Thomas Barrack, quien influenció en los debates del Consejo de Ministros.
También, señaló que el primer ministro anunció la continuación del debate del documento estadounidense y que se encargó al ejército elaborar un plan para restringir el uso de armas antes de fin de año.
La Resistencia libanesa agregó que la decisión contradice el compromiso del presidente de la República, Joseph Aoun, con una estrategia de defensa nacional que combine diplomacia, economía y fuerzas armadas para enfrentar la ocupación israelí.
En la sesión del gobierno de ayer, la retirada de los ministros de Hizbulah y del movimiento Amal fue interpretada como una muestra del rechazo de amplios sectores sociales y políticos a lo que consideran una imposición estadounidense e israelí, ratificó.
Ante este escenario, la Resistencia reiteró su disposición al diálogo sobre una estrategia nacional de defensa y a cooperar en la construcción del Estado, y la liberación de prisioneros, siempre que Israel detenga sus agresiones y cumpla el alto al fuego.
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