En la sede de la cancillería en esta capital, el encargado de negocios de la embajada de Bolivia aquí, Diego Rodríguez, recordó el hecho histórico y destacó que su país nació de una reafirmación plena de libertad y de resistencia contra la opresión.
Añadió que la declaración independentista no fue el inicio, sino la culminación de varios años de lucha desde las rebeliones indígenas de Túpac Katari, Túpac Amaru y Tomás Katari, entre otros luchadores.
Según el diplomático, los bolivianos transitaron caminos complejos, desafiantes; conocieron la riqueza, pobreza, bonanza, las crisis, frustración, pasaron por momentos de gloria y de dolor, pero en todos ellos, el pueblo mantuvo su firme temple esperanzador.
“Aprendimos que no hay soberanía sin justicia social, que no hay independencia verdadera si no se garantiza el acceso a la educación, salud, vivienda, al trabajo, al acceso a la tierra, al agua, que no podemos hablar de la libertad si los derechos de las mujeres, los niños, jóvenes y ancianos de son vulnerados”, manifestó.
A decir de Rodríguez, es el momento para los bolivianos de unidad nacional, no para olvidar sus diferencias, sino para superarlas en el marco del respeto, del diálogo y la democracia, “entendiendo que somos una nación plurinacional y pluricultural”.
“Este bicentenario no solo es una mirada hacia dentro de Bolivia, sino también una oportunidad para reafirmar a Bolivia como un actor soberano y solidario en la comunidad internacional, debemos seguir edificando puentes de integración, comercio justo y justicia climática”, enfatizó.
Expresó que quieren relaciones basadas en el respeto a la autodeterminación de los pueblos y a la defensa de la paz, al tiempo que rechazó todo tipo de injerencia e imposiciones externas que atentan contra los procesos democráticos y las decisiones soberanas.
En otro orden, Rodríguez refirmó el apoyo y solidaridad de la nación andina con los pueblos de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos, y rechazó el trato inhumano contra el pueblo palestino al que calificó de heroico.
“Los desafíos aún persisten, la erradicación de la pobreza, modernización de la justicia, lucha contra la corrupción, profundización de la democracia, otros temas igual de importancia, llevándonos hoy a asumir una responsabilidad histórica donde solo la unión nos permitirá dejar a las futuras generaciones de Bolivia más fuertes, equitativa, y más sostenible”.
“Una Bolivia donde ser joven no sea una condena, sino una gran oportunidad, donde ser mujer indígena o campesina o campesino sea un motivo de orgullo y no de exclusión, donde una niña y un niño pueda soñar feliz en grandes sin miedo, donde una Bolivia sea amada y cuidada desde la niñez hasta el último suspiro”, expresó.
Por su parte, el canciller de Nicaragua, Valdrack Jaentschke, calificó la fecha como un hecho trascendental para la historia de América Latina y caribeña, pues hace 200 años se rompieron las cadenas del opresor yugo colonial, con lo cual se dejaron siglos de exclusión y marginación.
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