Según el diario L’Echo, el plan del Ministerio de Defensa prevé adquirir municiones por dos mil 300 millones de euros, vehículos blindados por cuatro mil millones y 11 cazas F-35 por mil millones de euros.
Estas inversiones buscan alcanzar el objetivo del dos por ciento del PIB en defensa, exigido por la Alianza Atlántica.
Sin embargo, la OTAN ya fijó una nueva meta del cinco por ciento para 2034, aprobada en la cumbre de junio en La Haya.
El gasto militar belga ha generado debate interno, con críticas por recortes en áreas sociales.
Analistas señalan que esta carrera armamentista refleja las tensiones geopolíticas en Europa tras el conflicto en Ucrania.
Mientras la comunidad europea fortalece sus capacidades bélicas, organizaciones pacifistas advierten sobre el riesgo de una nueva escalada militar en el continente.
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