Así afirmó hoy el mandatario, quien urgió a elevar al cinco por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) el presupuesto destinado a ese sector y aumentar a medio millón el número de efectivos en el ejército.

En un discurso en esta capital, con motivo de la festividad nacional celebrada con desfiles militares en todo el país, el jefe de Estado dijo que es “urgente para la seguridad” alcanzar esas cifras.

Aplaudido por la extrema derecha y mirado con recelo por la Unión Europea, Nawrocki, un historiador de 42 años, se impuso a finales de mayo pasado al liberal Rafał Trzaskowski tras una carrera tensa en la que logró el 50,89 de los votos en la segunda vuelta de las elecciones.

Asumió la presidencia del país a principios de mes y su asunción marca un distanciamiento con el poder ejecutivo, representado por el primer ministro, Donald Tusk, al frente de una frágil coalición centrista.

En ese contexto le dirigió hoy unas palabras al jefe de gobierno para demandarle “el fin de las negociaciones y la toma de la decisión firme de dedicar aún más esfuerzos a la modernización e incremento de las capacidades militares del país”.

Pese a que ambos pertenecen a distintos partidos políticos, el jefe del Estado enfatizó en su discurso que la seguridad nacional no debe ser objeto de disputa política, según refleja la prensa aquí.

Además, propuso la creación de una Constitución de Seguridad de la República de Polonia que establezca un compromiso más allá de la relación entre el presidente y el primer ministro, para asegurar una política coherente a largo plazo, independientemente de los ciclos electorales. Polonia es hoy ya la nación con mayor gasto militar relativo al PIB dentro de la OTAN, según datos de la propia Alianza Atlántica.

El 51,1 por ciento del presupuesto de Defensa se destina a equipamiento y el gasto estimado para 2025 es de unos 32 mil millones de euros, el quinto más alto en la alianza bélica.

A eso se suma un acuerdo recién firmado por un valor de seis mil millones de euros para adquirir 180 tanques K2 surcoreanos y completar su arma blindada hasta sumar los mil 100 tanques en 2030.

Esa cifra superaría el número de blindados que poseen Alemania, Francia, Reino Unido e Italia juntos.

Por otra parte el país consumó en días recientes su retirada del Tratado de Ottawa, que prohíbe el uso de minas terrestres antipersonales, un movimiento que sigue los pasos de países vecinos como las naciones bálticas y Finlandia, y abre la posibilidad de usar campos minados en su “Escudo Oriental” fronterizo con Belarus y Rusia.

Su discurso de hoy es coherente con sus planteamientos de campaña de la promesa de impulsar una agenda conservadora, nacionalista y beligerante contra Bruselas; por consiguiente se espera una férrea oposición a las medidas prometidas por Tusk.

En este país el presidente puede impulsar sus propias leyes, que deben recibir después el visto bueno del Parlamento, lo que pudiera conducir a constantes desavenencias con la rama ejecutiva.

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