Presidieron el panel Anne Lemaistre, directora de la Oficina Regional de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura; y Dulce María Buergo, presidenta de la Comisión Cubana de la Unesco; y Sonya Virgen Pérez, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio.

También participaron Ángel Michel Aleaga, especialista de esa última institución; y Julio Núñez, productor de casabe en la región occidental de Cuba.

La cultura es dinámica, y el expediente presentado por los cinco países (Haití, Venezuela, República Dominicana, Honduras, Cuba) demuestra el poder de la cooperación multinacional y al mismo tiempo de la diversidad cultural, expresó Anne Lemaistre durante su intervención.
Subrayó que en países como Haití y República Dominicana el casabe ya es una sustitución del pan en los hábitos alimentarios, mientras en Cuba es un producto de apreciación gastronómica y atractivo turístico.

El encuentro tuvo lugar en el restaurante especializado en casabe Yucasabi SRL, cuya presidenta Yudisley Cruz, reconoció que su proyecto nació de reconocer el valor patrimonial e histórico de este alimento.

En otra intervención, Buergo resaltó el valor que tuvo para el país y para la región haber trabajado esta candidatura, que se convirtió en un ejercicio de acompañamiento y aprendizaje incluso para los propios países.
Elaborado con harina de yuca, con forma de pan o torta plana y redonda, el casabe es un platillo tradicional en varios países de América Latina y el Caribe.
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