La iniciativa legislativa, que tuvo un tortuoso camino en la Cámara de Representantes estatal por la protesta de los demócratas, pasará a manos del gobernador de Texas, Greg Abbott (republicano), para que la promulgue antes de los comicios de mitad de mandato.
Finalmente, ese órgano pudo realizar el escrutinio después del regreso de los legisladores demócratas al estado, tras su incomparecencia por dos semanas en señal de protesta para impedir la votación de la propuesta republicana en una sesión especial en la Cámara Baja.
Por su parte, el sufragio este sábado en la Cámara Alta fue de 18 votos a favor y 11 en contra, como se esperaba. Los demócratas lo denunciaron como una apropiación de poder.
Con el renovado diseño de distritos del Congreso, lo más probable es que los republicanos sumen otros cinco escaños a la Cámara de Representantes de Estados Unidos el venidero año. El presidente Donald Trump había presionado a Texas para lograr este objetivo.
“El Gran y Hermoso Mapa ha sido aprobado por el Senado. A pesar de las pequeñas maniobras de los demócratas, cumplimos nuestra promesa”, escribió Abbott al insistir en su publicación en X que “este mapa refleja las preferencias electorales reales de los tejanos y espero con ansias promulgarlo”.
Para contrarrestar a Texas, el estado de California, que ha sido históricamente demócrata, aprobó formalmente el jueves en su Legislatura el mapa con una redistribución de distritos que le aportaría a ese partido cinco butacas adicionales en la Cámara de Representantes federal en 2026.
El gobernador Gavin Newsom, potencial candidato presidencial para las elecciones de 2028, firmó la medida y opinó que Trump es uno de los mandatarios más impopulares de la historia del país debido a sus «políticas fallidas».
«El Congreso volverá a manos del Partido Demócrata el próximo mes de noviembre», sentenció tras rubricar la llamada Ley de respuesta al fraude electoral.
El 4 de noviembre California tendrá una votación especial en las que los electores decidirán si está de acuerdo o no con la dibujada redistribución.
La batalla de los mapas impulsada por los republicanos de Texas se sustenta en una táctica ya conocida como ‘gerrymandering’, la cual permite concentrar un mayor número de votantes en un distrito específico para asestar un golpe que perjudique al rival.
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