Las personas de esa edad promedio que busquen tener su primera casa propia son víctimas como otros de los altos precios de la tierra y el acceso limitado a financiamiento, añade el último Informe y Balance del Sector de la Vivienda, publicado este domingo por el canal Teletica.com.
La población de adultos (de 40 a 59 años), en contraste, ocupa un 41 por ciento de las casas arrendadas, a causa de factores que limitan la posibilidad de acceder a créditos o comprar viviendas propias, como la precariedad laboral, los ingresos iniciales reducidos y el encarecimiento del suelo urbano.
Esta situación –agrega el informe- se refleja también en la vida familiar, donde casi el 60 por ciento de los jóvenes de 20 a 29 años aún vive con sus padres, un porcentaje muy superior al promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que se ubica en un 49 por ciento.
Las cifras son mucho menores –explica el estudio- en países como Dinamarca, Alemania y Finlandia, que ofrecen una mayor oferta de alquiler asequible, lo que sugiere una estrecha relación entre disponibilidad de vivienda en arrendamiento y emancipación juvenil, amplía la televisora.
Según el coordinador del estudio, Franklin Solano, Costa Rica debe profundizar en las razones por las que los jóvenes permanecen en su núcleo familiar, para determinar el peso del factor económico frente a otras potenciales metas que puedan tener, como comprarse un carro o ahorrar para viajar, opinó.
“La idea es que los primeros años fuera del hogar paterno son los más complicados. Un subsidio temporal ayudaría a estabilizar las finanzas de los jóvenes, permitiría ahorrar y facilitaría el acceso a vivienda propia”, comentó el especialista.
El estudio plantea propuestas como la implementación de subsidios al alquiler, dirigidos a los jóvenes en su etapa inicial de independencia, mediante mecanismos como un bono equivalente al 30 por ciento del monto mensual del arrendamiento, por un periodo máximo de tres años.
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