Además de los profesionales de la prensa, más de tres mil 300 personas se inscribieron para asistir a las sesiones.

El público se ubicará en el segundo aposento del pleno del STF, donde se habilitaron 150 asientos para los inscritos.

Pero el pleito se realizará en la primera sala y se asignarán 80 butacas a periodistas por orden de llegada.

El juicio cambiará la rutina en el centro de Brasilia, donde la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (DF) implementó un plan especial.

Los cambios comienzan este lunes y continúan hasta el final del litigio, programado para el 12 de septiembre.

El acceso a la Plaza de los Tres Poderes está controlado este lunes por la Policía Militar del DF y se reforzará el personal de vigilancia en las carreteras cercanas.

También se creó una unidad de inteligencia que reúne a varias agencias distritales y nacionales para monitorear la situación en tiempo real.

El acceso al edificio del STF estará controlado por detectores de metales y perros policía rastrearán el área circundante.

Por la noche, drones con cámaras térmicas ayudarán a detectar movimientos sospechosos.

Bolsonaro y los siete aliados del llamado núcleo uno o crucial del complot golpista podrían enfrentar hasta 43 años de prisión si son declarados culpables de la pena máxima por los delitos que se les imputan y se acumulan las sanciones.

Junto al excapitán del Ejército, entre los inculpados figuran militares, exfuncionarios y aliados políticos cercanos.

Este grupo habría tenido un papel central en la planificación y ejecución de acciones destinadas a revertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2022, que consagraron al actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva como vencedor.

Los ocho acusados responderán por los delitos de abolición violenta del Estado Democrático de Derecho, golpe de Estado, organización criminal, daños calificados a bienes federales y deterioro de propiedades protegidas.

El informe final de la Policía Federal revela, asimismo, entre otras cuestiones, que las pruebas reunidas demuestran inequívocamente que Bolsonaro «planeó, actuó y tuvo el dominio de forma directa y efectiva de los actos ejecutorios realizados por la organización criminal».

Precisa el documento que el golpe no ocurrió solo por hechos «ajenos a la voluntad» del exgobernante, pues la mayoría del alto mando militar no se sumó a la confabulación.

Además de estos ocho inculpados, el trama violento identificado por la Fiscalía General involucra a otros 24 imputados, organizados en tres grupos distintos, según sus funciones.

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