Mediante un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores chapín manifestó solidaridad a las familias de las víctimas que fallecieron y los deseos de pronta recuperación a las personas heridas en este trágico suceso.
El primer ministro de aquella nación europea, Luís Montenegro, fijó en 16 el balance oficial de víctimas fatales por la caída del funicular, un hecho que dejó también más de una veintena de heridos, entre ellos cinco en estado crítico.
Describió el siniestro como “una de las mayores tragedias humanas” de la historia reciente en Portugal, aún por aclarar” y en ese contexto prometió depurar responsabilidades.
El alcalde de Lisboa, Carlos Moedas, exigió una investigación externa e independiente a Carris, la empresa de transporte urbano de esa urbe, para profundizar en las causas del accidente.
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