Según un reporte del diario ABC, en el puerto de Asunción, la cota volvió a retroceder varios centímetros, situándola en menos de dos metros, una muestra de la persistencia del fenómeno de bajante.

En otros puertos, la bajada llegó a cinco centímetros, lo que generó mayor preocupación en las autoridades, que continuaron el monitoreo debido a su impacto en la navegación, el ecosistema y las actividades portuarias.

El río Paraguay presenta una disminución constante de su nivel y el impacto más inmediato y severo se siente en la logística fluvial y el comercio exterior, encareciendo costos y amenazando la competitividad.

La economía paraguaya, fuertemente dependiente de su hidrovía para el transporte, el comercio y el suministro energético, ya comienza a sentir los efectos de esta bajante.

La situación también afecta las plantas hidroeléctricas que dependen de su caudal, lo que podría derivar en incrementos en el costo de la electricidad, así como las comunidades que dependen del río para el consumo diario, la agricultura y la pesca.

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