Las protagonistas de la gesta fueron Andrea Becerra, Mariana Bernal y Adriana Castillo, quienes firmaron una actuación impecable en el Centro Internacional de Arquería de Gwangju. Bajo una lluvia persistente y la humedad sofocante, las mexicanas dispararon con temple de acero para imponerse 236-231 y sellar una página épica.
El brillo mayor lo puso Bernal, de 22 años, quien no falló ni un solo tiro en el anillo dorado: ocho flechas, ocho plenos. Su precisión, unida a la serenidad de Castillo y el liderazgo de Becerra, empujó al equipo a lo más alto del podio.
«Sabía que íbamos a hacer historia, lo sentí desde la mañana», confesó emocionada Bernal, mientras las lágrimas de alegría corrían por su rostro y el de sus compañeras.
«Hemos peleado mucho por esto y hoy lo conseguimos. Es un sueño hecho realidad», agregó.
La victoria confirma a México como potencia en ascenso dentro de la disciplina, luego de varios podios en Copas del Mundo y un subcampeonato en el anterior certamen universal. En Gwangju, por fin, llegó el oro que tanto se resistía.
En un deporte donde cada milímetro cuenta, las mexicanas demostraron que la fe, el trabajo colectivo y el coraje pueden más que la presión y la tormenta. Y hoy, en Corea, suena fuerte y claro: México tiene arqueras de oro.
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