Reveló que el acuífero submarino podría abastecer a una ciudad del tamaño de Nueva York durante ocho siglos, y su ubicación está frente a la costa de los estados de Massachusetts, Nueva Jersey, Rhode Island y Nueva York, extendiéndose también hacia Delaware.
Tras este hallazgo los investigadores analizarán casi 50 mil litros del líquido en laboratorios durante los próximos meses a fin de identificar bien su origen y posible uso.
Reseñas sobre el descubrimiento plantean que se trata de agua de glaciares atrapada hace miles de años cuando el hielo retrocedió, y otros criterios se refieren a sistemas de aguas subterráneas todavía conectados con tierra firme.
Como antecedente de esta expedición, hace casi 50 años un barco del gobierno estadounidense que buscaba minerales e hidrocarburos en la zona perforó el lecho marino y encontró precisamente agua dulce, revelación que actualmente se le da seguimiento, según trascendió con la investigación.
Brandon Dugan, codirector científico de la expedición,.dijo a la prensa que es apenas uno de los muchos depósitos de “agua dulce secreta” que se sabe que existen en zonas poco profundas de aguas saladas de todo el mundo, y que algún día podrían aprovecharse para saciar la creciente sed del planeta.
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