Prévoo advirtió que Bélgica no puede asumir en solitario posibles demandas judiciales, que podrían equivaler a su presupuesto anual, según reportó el diario Le Soir.

Analistas consideran que la postura de Bruselas refleja temores sobre la estabilidad del euro y la confianza en los mercados financieros europeos, ante una medida sin precedentes legales claros.

Expertos señalan que la propuesta busca distribuir la responsabilidad entre los Veintisiete, ante las advertencias del presidente ruso, Vladimir Putin, sobre el daño al orden económico global.

Previamente, el gobierno belga calificó la confiscación o reorientación de esos fondos como una empresa extremadamente riesgosa y carente de bases jurídicas sólidas.

La medida, impulsada por actores clave de la UE, enfrenta el escepticismo de capitales que temen un efecto boomerang para sus propias reservas y divisas.

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