Durante un panel celebrado en la sede de la Asociación Cubana de Naciones Unidas (ACNU), los doctores Luis Calzadilla y Ramón Prado analizaron los factores de riesgo asociados al suicidio en Cuba, en presencia de profesionales de instituciones sanitarias y estudiantes de medicina y psicología.
Diversos factores inciden en el aumento de conductas suicidas, entre estos el envejecimiento poblacional, fenómeno que afecta a cerca del 25 % de los cubanos, mayores de 60 años. A ello se suman factores económicos, sociales y de salud mental que elevan la vulnerabilidad de ciertos grupos, señalaron los especialistas.
Subrayaron que el país caribeño cuenta, desde 1989, con un programa nacional de prevención del suicidio, reconocido internacionalmente por su enfoque integral. A pesar de la tendencia al incremento en la tasa de suicidios en los últimos años, los expertos aseguraron que existen condiciones para reducir tanto la morbilidad como la mortalidad asociadas a este fenómeno.
Explicaron que, aunque el suicidio suele vincularse a trastornos mentales, el sistema cubano contempla la dispensarización y seguimiento clínico de toda persona que haya realizado un intento suicida. Este abordaje permite identificar factores de riesgo y brindar atención especializada.
Según los especialistas el fenómeno no debe considerarse únicamente un problema de salud, sino un desafío social que requiere acciones coordinadas en promoción, prevención y educación. En tal sentido, señalaron la importancia de fortalecer la resiliencia, fomentar ambientes saludables libres de drogas, mejorar las redes de apoyo familiar y capacitar al personal médico para atender a poblaciones vulnerables.
Asimismo, recalcaron la necesidad de reforzar los mecanismos institucionales de investigación y monitoreo, y destacaron la existencia de abundante literatura especializada y cobertura en medios de prensa nacionales.
Entre los principales factores de riesgo identificados en la isla se encuentran: enfermedades crónicas, soledad, consumo de alcohol y drogas, ausencia de redes sociales de apoyo, ansiedad, antecedentes de intentos suicidas, y disfunción familiar.
Los expertos también mencionaron la importancia de tratar adecuadamente las enfermedades de base. El suicidio, no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma que en la mayoría de los casos responde a trastornos afectivos, afirmaron.
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