La diplomática recordó que las autoridades polacas decidieron cerrar todos los puestos de control en la frontera con Belarús, incluidos los de carretera y ferrocarril, a partir del 12 de septiembre.
«Instamos a Varsovia a reflexionar sobre las consecuencias de estas medidas destructivas y a reconsiderar su decisión lo antes posible», enfatizó la vocera y agregó que las acciones unilaterales de Polonia causarán graves daños a sus socios internacionales que utilizan la frontera polaco-belarusa para el comercio.
Al mismo tiempo, tanto los empresarios de los países aliados de Polonia como las empresas nacionales serán víctimas de las ambiciones políticas de las actuales autoridades en Varsovia, añadió.
Zajárova igualmente apuntó que era evidente que las medidas de confrontación adoptadas por las autoridades polacas tienen un único objetivo: justificar la política de intensificación de las tensiones en el centro de Europa.
Además, llamó la atención sobre el hecho de que estas restricciones impuestas por los dirigentes polacos socavan principios humanitarios básicos, en particular la libertad de circulación de personas.
«Los residentes de las regiones fronterizas de Polonia y Belarús se ven privados de la oportunidad de mantener sus tradicionalmente estrechos lazos familiares y contactos humanos», concluyó.
El 9 de septiembre, el primer ministro polaco, Donald Tusk, anunció el cierre de la frontera con Belarús para el viernes 12 de septiembre en relación con el inicio de los ejercicios Zapad 2025.
Al día siguiente, el ministro del Interior polaco, Marcin Kierwinski, firmó la orden correspondiente. Según el decreto, la medida afecta tanto a personas como al transporte de mercancías por carretera y ferrocarril, y estará vigente hasta nuevo aviso.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Belarús calificó la decisión de Varsovia de infundada. El 11 de septiembre, Kierwinski declaró que no se trata de una medida temporal y que la frontera se cerrará por tiempo indefinido.
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