En un discurso grabado con anticipación y transmitido esta noche por cadena nacional, el mandatario reafirmó que no piensa modificar su política económica y afirmó que el equilibrio fiscal, vocablos que repitió casi 30 veces en la alocución de 15 minutos, “es innegociable”.

A juicio de comentaristas en canales de televisión que analizaron la presentación presidencial, su alocución fue más dirigida al Fondo Monetario Internacional que en realidad un mensaje a la nación.

Su discurso, en medio del escándalo por las presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad y la Droguería Suizo Argentina, enviadas a la Presidencia, cerró este lunes otra jornada plagada de incertidumbre en los mercados, con la devaluación del peso en el techo de la banda de flotación y el riesgo país por encima de los mil 200 puntos.

Informaciones económicas reflejan que luego de terminar el discurso el valor del peso cayó a mil 498 frente a un dólar.

Milei prometió para 2026 aumentos en los fondos para la salud, los discapacitados, las universidades y los jubilados; no obstante, planteó que “el rumbo está escrito en piedra”, en referencia a que no habrá cambios en su política de ajustes y severos recortes presupuestarios los que incluso avizoró “si fuera necesario”.

Eso hace poco creíbles las promesas de incrementos en gastos sociales que ha recortado severamente en sus casi dos años de gestión, señalaron comentaristas.

Mientras en los barrios de Ciudad de Buenos Aires, como en otras capitales provinciales se escucharon mientras el presidente estaba en cadena nacional fuertes cacerolazos contra las políticas que defendió en su discurso.

En la presentación del presupuesto no quedó claro su posición respecto a las provincias que le exigen los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y la parte que le corresponde de los impuestos a los combustibles.

Sin embargo, analistas políticos notan que está utilizando esas contribuciones como palanca de chantaje político para conseguir que los gobernadores lo apoyen y eviten con sus legisladores que le deroguen los vetos a leyes puntuales de financiamiento a la salud pediátrica y las universidades públicas.

La semana pasada, Milei vetó la ley que estipula el reparto de los ATN a las provincias según los criterios de la coparticipación. Esa legislación fue promocionada por los 23 gobernadores y el jefe de gobierno porteño, y fue sancionada por amplias mayorías en ambas cámaras del Congreso. El decreto del Presidente fue visto como una mala señal.

Ahora que el Congreso se apresta a debatir sus vetos, envió partidas de los ATN a cuatro gobernantes provinciales muy cercanos con la intención de conseguir nuevos aliados.

Esa repartición la hizo en su esfuerzo por recomponer la relación con las provincias tras el fracaso en la elección bonaerense el domingo 7, y la posibilidad de que en Diputados y el Senado se rechacen más vetos presidenciales.

Repartió 12 mil 500 millones de pesos (nueve millones 157 mil dólares) de los fondos de ATN entre los gobernadores Leandro Zdero (Chaco), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Hugo Passalacqua (Misiones).

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