Desde Machu Picchu Pueblo, un servicio de transportes de autobuses conducen a los visitantes, a través de un camino zigzagueante, hasta lo alto de la montaña sobre la cual se encuentran el mayor vestigio de los incas y es el principal atractivo turístico de Perú.
La concesión de ese servicio de transporte a una empresa ajena a Machu Picchu Pueblo, en reemplazo de la que operaba allí hasta cesar la concesión que tenía, motiva las protestas iniciadas hace varios días, que afectan al turismo.
Entretanto, el gobernador de la región de Cusco, Werner Salcedo, responsabilizó de los problemas al Ministerio de Cultura y sus organismos centralizados y demandó que la operación del santuario se entregue a su administración y los municipios cercanos.
La Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (ANGR) respaldó al Cusco en la defensa de Machu Picchu y exigió acciones inmediatas para proteger ese patrimonio nacional y mundial.
Por otra parte, la transnacional New7Wonders, que en una encuesta mundial consagró a Machu Picchu como una de “Las Siete Nuevas Maravillas” del mundo, advirtió que,de continuar los problemas que afronta el histórico sitio, puede perder el título ganado.
Esa distinción, agrega, no solo supone reconocimiento mundial, sino también compromisos de preservación, conservación del patrimonio y cumplimiento de estándares internacionales.
El Ministerio de Cultura, en un comunicado que no menciona los problemas del santuario inca, señala que este mantiene sin riesgo su condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad y niega que el lugar haya sido afectado por una merma de visitantes.
Precisa que hasta la fecha se ha vendido un millón 404 mil 492 turistas nacionales y extranjeros y es virtualmente seguro que alcanzará un record de visitas, superior el registrado en 2019, cuando la cifra fue un millón 585 mil 262.
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