Sobre esta base, el Tribunal de Sentencia Penal número Seis de La Paz ordenó la detención preventiva, según el Ministerio Público.
“El Tribunal ha determinado la detención preventiva del mencionado ciudadano, toda vez que el Ministerio Público ha podido colectar 116 elementos de convicción que acreditan la concurrencia de riesgos de fuga y de obstaculización”, aseguró la fiscal María René Delgado.
La autoridad afirmó en declaraciones a la prensa que el rostro más visible de la represión durante el gobierno de Jeanine Áñez (2019-2020) permanecerá recluido en el penal de San Pedro, sin un plazo definido, mientras se sustancia el juicio oral.
Durante la audiencia de medidas cautelares, el Ministerio Público presentó documentos bancarios, registros de transferencias y adquisiciones de bienes muebles e inmuebles.
Resaltan entre las pruebas certificaciones de transferencias entre cuentas, apertura de cajas de seguridad y movimientos en bóvedas de diferentes entidades financieras.
Añadió la fiscal que Murillo habría utilizado a familiares y a terceros para adquirir bienes inmuebles, en un intento por legitimar recursos obtenidos ilícitamente.
“Murillo ha recibido dineros provenientes de la intermediación en contrataciones para la adquisición de gases lacrimógenos durante las gestiones 2019 y 2020. Estos fondos fueron depositados en cinco cajas de seguridad o bóvedas bancarias para dar apariencia de legalidad”, describió la autoridad.
El extitular acumula ya en Bolivia tras su regreso como deportado desde Estados Unidos cuatro detenciones preventivas en distintos procesos judiciales.
La primera fue dictada el 6 de septiembre del año en curso en el caso Gases Brasil; 24 horas después se ordenó su reclusión por seis meses en el expediente penal Catering, y el 10 de septiembre se emitió una tercera detención, esta vez por el caso Gases Ecuador, también sin plazo definido.
En todos los casos, la justicia dispuso que Murillo permanezca recluido en el penal de San Pedro, en La Paz, mientras avanzan las pesquisas.
Tras el triunfo electoral en 2020 del presidente Luis Arce, Murillo huyó a Estados Unidos, donde fue arrestado y condenado a cinco años de prisión por soborno y lavado de dinero.
Después de cumplir esa pena en este país, fue deportado hacia Bolivia y a su llegada en actitud arrogante y con rostro sonriente, fue aprehendido para que responda a los cargos que se le siguen por corrupción.
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