Los asesinatos, que dejaron 51 niños huérfanos, fueron perpetrados en su mayoría por la pareja de la víctima, aunque entre los culpables también se identificó a un yerno, un hombre conocido, cuatro exparejas y un padrastro, de acuerdo con el informe del programa de Datos Abiertos de la Fiscalía, citado por La Nación.
Según el documento, en 11 ocasiones los autores utilizaron arma blanca, mientras que, en ocho, se empleó un arma de fuego.
En tanto, las 28 mujeres asesinadas eran paraguayas, con edad promedio entre 12 y 80 años, y una de ellas pertenecía a una comunidad indígena.
El informe de la Fiscalía destaca que las víctimas murieron por asfixia, traumatismos o golpes y, dos de ellas, por quemaduras severas, a la par que expone casos de ensañamiento, como el de una víctima que fue “descuartizada y decapitada” por el agresor.
A pesar de los datos ofrecidos, organizaciones de Derechos Humanos consideran que la cantidad de crímenes es superior y el número de mujeres asesinadas podría llegar a 30.
ro/abp





