El campeón olímpico Noah Lyles, dueño de una zancada que parece robarle segundos al reloj, confirmó su hegemonía planetaria al capturar su cuarto título mundial consecutivo en los 200 metros.
Lyles paró el cronómetro en 19.52 segundos, una marca que retumbó en el Estadio Nacional como un trueno. A su estela quedaron su compatriota Kenny Bednarek (19.58), fiero perseguidor, y el jamaicano Bryan Levell (19.64), quien defendió el honor caribeño con un último impulso de orgullo.
En el universo femenino, Melissa Jefferson-Wooden escribió su nombre en las páginas eternas del atletismo. Tras reinar en los 100 metros, conquistó también el oro en los 200 con 21.68 segundos, un doblete que la eleva a las alturas de las grandes leyendas. La británica Amy Hunt (22.14) y la jamaicana Shericka Jackson (22.18) apenas pudieron rozar la estela luminosa de la estadounidense.
La noche, sin embargo, no fue solo de llanuras veloces. En las vallas, el drama alcanzó su clímax. Rai Benjamin cruzó primero en los 400 metros con 46.52 segundos, después de librar una batalla legal tras una descalificación inicial por contacto con el último obstáculo.
Su redención encendió las gradas, mientras el brasileño Alison dos Santos (46.84), guerrero incansable, y el catarí Abderrahman Samba (47.06) completaron un podio digno de epopeya.
Entre las damas, la neerlandesa Femke Bol ratificó su linaje de favorita al volar sobre las vallas en 51.54 segundos, dejando la plata a la estadounidense Jasmine Jones (52.08) y el bronce a la eslovaca Emma Zapletalová (53.00).
En el triple salto, el cubano nacionalizado portugués, Pedro Pichardo, reinó con un brinco de 17,91 metros, escoltado por el italiano Andrea Dallavalle (17,64) y el cubano Lázaro Martínez (17,49), quien mantuvo viva la tradición antillana de coraje y elasticidad.
Pero incluso las noches de gloria guardan sombras. La japonesa Haruka Kitaguchi, ídolo local y campeona mundial y olímpica de jabalina, quedó fuera de la final tras un modesto registro de 60,38 metros, traicionada por molestias físicas que apagaron los sueños de un estadio que esperaba verla en lo más alto del podio.
Hasta la fecha, Estados Unidos marcha al frente del medallero con 11 medallas doradas, tres de plata e igual cantidad de bronces, seguido por Kenya (4-1-2), Canadá (3-0-0) y Nueva Zelanda y Portugal (2-0-0), únicos países que han podido lograr más de un título.
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