En una entrevista al medio, la alta funcionaria de nacionalidad alemana enfatizó la necesidad de fortalecer las capacidades defensivas de la Unión Europea (UE).
Sin embargo, evitó prometer la creación de un ejército común para el bloque comunitario.
Aclaró que los Estados miembros de la UE siempre mantendrán la responsabilidad sobre sus tropas, doctrinas militares y necesidades de las fuerzas armadas.
Esta postura refleja las divergencias persistentes entre los socios europeos sobre la integración defensiva.
Analistas consideran que sus declaraciones minimizan deliberadamente los riesgos de escalada global presentes en conflictos actuales y señalan que la creciente expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en la región profundiza las divisiones geopolíticas.
Observadores recuerdan que Von der Leyen impulsa desde su cargo una política de rearme europeo sin precedentes, bajo el argumento de las amenazas actuales.
Expertos alertan que esta estrategia, lejos de garantizar seguridad, incrementa la inestabilidad global y consolida bloques confrontacionales.
La ausencia de una arquitectura de seguridad inclusiva que considere a todas las potencias euroasiáticas preocupa a diversos sectores políticos.
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