Así lo dijo el doctor Jarbas Barbosa, director del organismo sanitario, al participar en un evento paralelo de alto nivel efectuado este lunes en el contexto del 80 período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Ante la urgente necesidad de acción, presentó oficialmente la nueva Iniciativa Regional de Prevención del Suicidio de la OPS, lanzada a principios de este mes, y que cuenta con el apoyo de la Fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Boehringer Ingelheim.
Según datos del organismo sanitario, en 2021 más de 100 mil personas en la región murieron por esta causa, en tanto las mayores tasas se reportaron en países de América del Norte, el Cono Sur y el Caribe.
Las estadísticas muestran que este proceder afecta de manera desproporcionada a los adultos mayores, ya que el 71por ciento de los suicidios en hombres y el 65 por ciento en mujeres ocurre en personas de más de 50 años.
Los expertos destacan, además, que en los hombres el suicidio está estrechamente vinculado al consumo de alcohol y drogas, así como al desempleo y al hecho de vivir en zonas con altas tasas de homicidios.
En el caso de las mujeres, la desigualdad educativa y el desempleo son los factores más fuertemente asociados.
En opinión de Barbosa, cada suicidio es una tragedia profunda que afecta a individuos, familias y comunidades, por lo que “esta iniciativa busca transformar el liderazgo, la gobernanza y las acciones de prevención del suicidio para reducir estas pérdidas”, afirmó.
En este contexto, la nueva iniciativa aborda los principales desafíos que dificultan los avances en la prevención del suicidio, entre ellos el acceso limitado a servicios comunitarios de salud mental, el estigma y la débil coordinación intersectorial.
Para ello se centra en tres áreas prioritarias: fortalecer los planes nacionales, ampliar el acceso a una atención de salud mental de calidad, y sensibilizar y reducir el estigma.
Las intervenciones siguen el protocolo de la OMSd: restringir acceso a métodos de suicidio, promover narrativas mediáticas responsables, fomentar habilidades socioemocionales en adolescentes y garantizar identificación temprana de personas en riesgo.
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