La mencionada cartera ministerial extendió este miércoles ese nivel de aviso para los departamentos (regiones) de Santa Bárbara, Ocotepeque, Copán, Lempira e Intibucá, así como para varios municipios aledaños al río Ulúa, el más caudaloso de esta nación centroamericana.
Además, prolongó por otras 24 horas la alerta verde (precaución) en las regiones centrales de La Paz y Francisco Morazán (cuya cabecera departamental es Tegucigalpa), Choluteca, y parte de Valle (sur) y Cortés (norte).
Según el Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos, la influencia de una vaguada en superficie sobre el territorio nacional continuará generando lluvias y chubascos débiles a moderados, acompañados por tormentas eléctricas en el occidente, centro y sur de Honduras.
Las fuertes precipitaciones de los últimos días dejaron al menos tres personas muertas, cerca de ocho mil afectadas y unas 45 comunidades incomunicadas, informó la Copeco.
Una de las víctimas es una niña de 12 años que falleció por sumersión en una quebrada del municipio de La Labor, en Ocotepeque (occidente), cuyo cuerpo fue recuperado la víspera por agentes del Cuerpo de Bomberos.
Las otras dos muertes, también por sumersión, ocurrieron el pasado fin de semana en Santa Bárbara y Copán, en el occidente, donde perdieron la vida dos hombres de 19 y 54 años.
En un comunicado, las autoridades llamaron a la población y a las jurisdicciones municipales extremar precauciones, como mantener vigilancia en zonas vulnerables a inundaciones, deslizamientos y derrumbes, y evitar cruzar ríos, quebradas y vados crecidos.
Exhortaron a la ciudadanía a mantenerse informada a través de los canales oficiales y atender las recomendaciones emitidas.
Honduras está considerada entre las naciones más vulnerables del mundo a fenómenos meteorológicos extremos, intensificados por el cambio climático.
Expertos sostienen que un 45 por ciento de su población, de 10 millones de habitantes, se expone a sufrir pérdidas durante la temporada lluviosa.
ro/edu





