A las 17:00, hora local, arranca en el coloso de Santiago el encuentro entre las selecciones de Japón y Egipto, dos equipos con amplia experiencia en estas lides. La escuadra asiática participa por décimo segunda ocasión en un mundial juvenil y aún guarda el recuerdo de su única final, en Nigeria 1999, cuando debió consolarse con el subcampeonato tras caer ante España 4-0.
El conjunto de Egipto, por su parte, hará su novena presentación en estos eventos, luego de un período de 12 años de ausencia.
Para la afición local, el plato fuerte llegará en el mismo escenario a las 20:00 horas, cuando la Rojita se enfrentará a Nueva Zelanda.
Los chilenos están por séptima vez en el mundial, la segunda como anfitriones después de 1987, y su mejor resultado hasta ahora es el tercer lugar en Canadá 2007 de la mano de la generación dorada.
Nueva Zelanda se presenta con el récord de siete clasificaciones consecutivas y la aspiración de alcanzar por fin la fase de cuartos de final.
La sede de Valparaíso será testigo de los encuentros de las escuadras de Corea del Sur ante Ucrania, seguidos por el choque entre Paraguay y Panamá.
El primero de esos juegos tiene un intenso sabor a revancha, pues en la Copa de Polonia 2019, coreanos y europeos se enfrentaron en la gran final y el trofeo quedó en manos de Ucrania gracias, en buena medida, a su arquero, Andriy Lunin, ganador del Guante de Oro.
Por la noche en ese mismo escenario, Panamá tratará de comenzar con buen pie su tránsito por el torneo, el séptimo de su historia, ante un Paraguay cuyo capitán, Lucas Quintana, afirma sin complejos que el objetivo es conquistar la copa del Sub-20.
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