El 9 de septiembre el exministro de Defensa fue designado por el presidente Emmanuel Macron con dos prioridades en la agenda: elaborar un nuevo presupuesto del Estado en consulta con los diversos actores y formar Gobierno.
Difícil para el político de 39 años, miembro ininterrumpido de todos los gobiernos de Francia desde la llegada al poder de Macron en 2017, avanzar en un contexto de mucha adversidad, con la sombra a cuesta de la caída de sus más recientes antecesores en el puesto.
El conservador Michel Barnier fue derrocado en diciembre por una moción de censura adoptada en la Asamblea Nacional y el centrista François Bayrou tuvo que renunciar después de que la cámara baja le negara la confianza el 8 de septiembre, en ambos casos atacados por su plan de presupuesto.
Este sábado, el primer secretario del Partido Socialista (PS), Olivier Faure, reiteró la amenaza de la censura contra Lecornu, al exigirle que tome distancia de las políticas de Macron.
He escuchado al primer ministro hablar de rupturas, pero no he leído ninguna, dijo el diputado en alusión a las declaraciones de la víspera de Lecornu a Le Parisien, en las que descartó gravar las grandes fortunas mediante la Tasa Zucman y suprimir la reforma de la jubilación, dos de los principales reclamos de la izquierda.
Según los entendidos, el oficialismo busca cortejar a los socialistas para reducir las posibilidades de la censura, sin que de momento parezca conseguirlo.
También desde las filas del PS, su jefe de bancada en la Asamblea Nacional, Boris Vallaud, acusó al primer ministro de “tender unas manos vacías”.
La Francia Insumisa ya anunció su intención de presentar antes del 1 de octubre una moción para tratar de derrocar al jefe de Gobierno, iniciativa que de momento parece con escasas opciones de éxito.
Aunque el líder de los insumisos, Jean-Luc Mélenchon, instó la víspera a otros partidos de izquierda a respaldar su intento, los socialistas muestran cautela y su amenaza de censura, según el propio Faure, no se capitalizaría hasta que Lecornu comparezca ante la Asamblea Nacional con su discurso de política general.
Por su parte, la máxima figura de Agrupación Nacional (RN), Marine Le Pen, adelantó que ese partido identificado con la extrema derecha no apoyará la censura hasta que se produzca el citado discurso.
Depositar una moción sin escuchar al primer ministro no parece razonable, dijo hoy a la cadena LCI la diputada.
La izquierda y RN unieron fuerzas en la Asamblea Nacional, pese a sus distancias ideológicas, para derribar a los últimos dos primeros ministros de Francia, y la posibilidad de que lo vuelvan a hacer es bastante real, lo cual el oficialismo conoce.
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