Al hacer uso de la palabra en la inauguración de la Semana de la Biodiversidad, evento que comenzó hoy en la ciudad de Cali, en el suroeste, la funcionaria solicitó transformar las formas productivas del departamento de Valle del Cauca hacia nuevas economías que reduzcan la dependencia del monocultivo de la caña de azúcar.

Consideró que debe incluir el diálogo con las comunidades a las que se les ha arrebató el agua durante décadas, se les confinó en zonas de ladera y se les privó de su seguridad y soberanía alimentaria, según enfatizó.

Vélez consideró que Cali es una de las ciudades más violentas del país y que el origen de esa violencia está en la desigualdad.

En el referido territorio, mientras la caña de azúcar acapara el agua subterránea, muchas comunidades rurales carecen de acueductos y menos de la mitad de los asentamientos rurales tienen alcantarillado.

“Estos desafíos son gigantes, y negarlos es negar las verdaderas causas de la violencia. Aquí para poder llegar a una ciudad en paz y a una región en paz, necesitamos atacar esa inequidad estructural. Es decir, democratización de la propiedad de la tierra, del uso del suelo, del agua, justicia hídrica y diversidad en los cultivos de la tierra”, manifestó.

Propuso entonces a las autoridades regionales aplicar tres líneas de trabajo basadas en la protección y conservación de la naturaleza, por lo que recomendó potenciar la bioeconomía, el turismo de naturaleza y la diversificación agrícola.

La Semana de la Biodiversidad en Cali es un legado de la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el tema realizada en esta ciudad el año pasado, y su objetivo es movilizar a la ciudadanía y a diferentes sectores en torno a la protección de la naturaleza.

De acuerdo con las autoridades regionales, acudirán 60 mil participantes y delegaciones de 17 países.

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