Infantino explicó que, aunque la FIFA no puede resolver problemas geopolíticos, el deporte rey tiene el poder de unir a personas de distintas culturas y contextos.
Destacó que los valores del fútbol —educativos, culturales y humanitarios— pueden enviar un mensaje global de solidaridad y entendimiento, recordando que el diálogo entre confederaciones es clave para abordar estos desafíos.
El presidente también abordó la protección del juego frente a ataques públicos y acciones legales, así como la necesidad de mantener el equilibrio entre las competiciones de clubes y selecciones nacionales.
Además, confirmó que no se ha contemplado ninguna medida contra Israel, apostando por la unión y evitando decisiones radicales, en línea con la reciente iniciativa de paz presentada por Estados Unidos.
Con este enfoque, la FIFA reafirma su compromiso de usar el fútbol como puente de conexión, insistiendo en que el deporte puede ser un vehículo de esperanza y cooperación en un mundo dividido por conflictos y tensiones políticas.
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