Según la encuesta Vea Panamá de la empresa consultora Prodigious, la gestión del primer mandatario tiene un 76,3 por ciento de desaprobación.
La muestra realizada en las provincias de Panamá, Panamá Oeste, Coclé, Colón, Veraguas, Herrera, Chiriquí y Los Santos, señaló además que un 62.1 por ciento de los entrevistados expresó desconfianza hacia el jefe de Estado, de estos un 32.6 por ciento dijo tener baja confianza, mientras que un 29,5 por ciento muy baja.
Por otra parte, un 77 por ciento de los encuestados consideró que el gobierno de Mulino va por un mal camino, mientras que solo el 16,8 por ciento de los panameños ven con positividad a la actual administración.
La investigación a solicitud del diario La Estrella de Panamá identificó un 62,1 por ciento de desaprobación de la Asamblea Nacional (parlamento), indicador que ha crecido en relación con el 13,4 por ciento de enero de este año.
También la mayoría de las instituciones públicas carecen de credibilidad en la población, según reveló la encuesta.
Las organizaciones religiosas son las que concentran los mayores niveles de credibilidad: la Iglesia Católica alcanza 14,2 por ciento y la Evangélica 8,6 por ciento.
Entre las instituciones estatales, la Autoridad del Canal de Panamá es la mejor valorada con 6,8 por ciento, de acuerdo con el registro.
Sin embargo, la mayoría del resto de entidades, incluyendo universidades, bomberos, medios de comunicación, el Tribunal Electoral y la Policía Nacional, no supera el 10 por ciento de confianza.
Pero lo más notorio es que la muestra reflejó el masivo rechazo de los ciudadanos a la intervención extranjera en el Canal, con un 72 por ciento de personas que se manifiestan en contra de que Estados Unidos participe de forma alguna en la Administración de la vía interoceánica.
Entre los encuestados, un 94 por ciento se mostró contrario a la exoneración de tarifas a buques de bandera extranjera.
Sin embargo, apenas un 14 por ciento de los consultados considera que el Canal está «bien administrado»; mientras que un 49 por ciento considera que podría mejorar y un 35 por ciento la define directamente como mal administrada, lo que suma un 84 por ciento de opiniones críticas sobre su gestión actual.
El descontento ciudadano se agrava por una desconexión entre el papel estratégico de la ruta y los beneficios para la población, con apenas un 18 por ciento de la muestra que afirma sentirse atendido directamente.
Los resultados de la encuesta dibujan una paradoja: mientras el Canal sigue siendo un bastión de la identidad y soberanía nacional en el imaginario colectivo, su gestión enfrenta un notable desgaste de legitimidad ante una ciudadanía que no percibe sus beneficios en la vida cotidiana.
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