«Se incautaron grandes cantidades de armas, municiones y explosivos destinados a un sabotaje el 4 de octubre», dijo Magradze en una conferencia de prensa ofrecida este domingo.
Según los datos, prosiguió, un ciudadano georgiano adquirió dicho armamento «por orden de uno de los representantes georgianos de una unidad militar que opera en Ucrania».
Asimismo, especificó que paralelamente a la violencia y a los intentos de apoderarse del Palacio Presidencial, organizados en la capital, planeaban «llevar a cabo actos de sabotaje» el 4 de octubre.
Los agentes de la seguridad «neutralizaron a un grupo que debía llevar las municiones y los explosivos al centro de Tiflis. Las armas, municiones y explosivos, hallados en un escondite especial, estaban ocultos en una zona boscosa cerca de la capital», precisó Magradze.
En los comicios regionales, el partido gobernante Sueño Georgiano logró el 81,6 por ciento de los votos en las elecciones locales que tuvieron lugar en Georgia ayer.
Por la noche, un mítin convocado por la oposición derivó en choques con las fuerzas del orden. Al menos seis manifestantes y 21 agentes de la policía resultaron heridos en los disturbios.
El primer ministro de Georgia, Irakli Kobajidze, responsabilizó de la violencia al Movimiento Nacional Unido (MNU) y calificó los desórdenes de este sábado como «fallido golpe de Estado».
Por su parte, el presidente georgiano, Mijaíl Kavelashvili, cuya residencia los manifestantes intentaron allanar ayer, atribuyó los actos vandálicos a «la subsistencia de fuerzas que obran bajo control de servicios especiales extranjeros», pero se mostró convencido de que «el pueblo georgiano no dejará a nadie cambiar el gobierno de forma violenta».
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