La Agencia Nacional de Gestión de Desastres de la nación asiática reportó que con el empleo de maquinaria pesada y equipos eléctricos este fin de semana encontraron 35 cuerpos sin vida en las ruinas del internado islámico Al-Khoziny, en la isla de Java –la de mayor población del archipiélago.

Al momento del accidente, los estudiantes estaban rezando en la planta baja del edificio y la tragedia ocurrió por un vertido de cemento como parte de unas obras de ampliación no autorizadas en el cuarto piso.

Por tanto, el derrumbe comenzó desde ese nivel, según explicó el portavoz de la policía provincial, Jules Abraham Abast, en tanto varias evaluaciones de expertos coinciden en señalar diversos problemas estructurales en la edificación, que no cumple con las normas constructivas.

El hecho obligó a las autoridades a abrir una investigación, además de apoyar los trabajos de auxilio a los afectados.

Durante días, los rescatistas proporcionaron oxígeno y agua a algunos de los sobrevivientes que dependían de las cuidadosas labores de remoción de las ruinas para poder salir con vida, pero mientras más pasa el tiempo disminuyen las posibilidades de encontrar personas respirando. La mayoría de los desaparecidos son niños de 12 a 17 años de edad y, producto del incidente, cientos de estudiantes resultaron heridos, muchos con lesiones en la cabeza y huesos rotos, por eso seis permanecían hospitalizados todavía la víspera.

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