Mediante un comunicado, la cartera subrayó que inspecciones y monitoreos realizados en esas demarcaciones que descargan aguas residuales en la cuenca de esa joya del departamento de Sololá evidenciaron el incumplimiento de una norma sobre el tema.

Si bien existen, acotó en el texto, existe municipalidades como la de San José Chacayá que está cerca de alcanzar lo establecido por el Acuerdo Gobernativo 12-2011.

Entre los parámetros que exceden los límites y ponen en riesgo la salud del ecosistema (ese lago es el más profundo de Centroamérica e importante destino turístico en el país) destacó grasas y aceites, demanda bioquímica de oxígeno, sólidos suspendidos, entre otros.

El MARN reafirmó su disponibilidad de dar acompañamiento técnico a las municipalidades y privados con el fin de que mejoren sus procesos y tecnologías para cumplir con los estándares que requiere la conservación del lago Atitlán.

Ese organismo del Estado señaló a fines de agosto pasado que el 95 por ciento de hoteles en la misma cuenca incumplían las normas ambientales.

El conservacionista y fotógrafo local Sergio Izquierdo advirtió aquí a inicios de abril último, en base a una investigación, sobre la alta contaminación existente en los principales ríos y lagos de Guatemala.

El miembro del equipo de la revista National Geographic expuos que el Atitlán tenía 128 mil 763 microplásticos por cada kilómetro cuadrado de superficie.

Otros estudios expusieron también que las lluvias, debido al mal manejo de la basura, arrastran a este y al Amatitlán (en el área metropolitana), bolsas, gomas, colchones, metales y hasta cadáveres de animales.

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