En un artículo publicado en el periódico Acento con el título “¿Premio Nobel? ¡No relaje!», Mejía señaló que al enterarse de que el Comité Noruego del Nobel había otorgado el galardón a la venezolana María Corina Machado, su respuesta ipso facto fue el título de esta entrega.
Según Mejía, el Nobel de la Paz tiene criterios claros establecidos en el testamento de Alfred Nobel en 1895: debe reconocer a la persona que promueva la fraternidad entre naciones, la abolición o reducción de armamentos, la resolución pacífica de conflictos internacionales y la defensa de los derechos humanos, entre otros objetivos.
En teoría, desde 1901 el premio lo concede anualmente el Comité Noruego del Nobel, integrado por cinco miembros elegidos por el Parlamento de ese país, quienes revisan propuestas de candidatos de todo el mundo y pueden sugerir aspirantes, comentó.
De acuerdo con el dirigente político, aunque el proceso implica meses de revisión y deliberación secreta, las decisiones recientes muestran un alejamiento de los criterios originales, evidenciando politización y desviación de la misión histórica del premio.
Sobre Machado, Mejías afirmó que es reconocida por su rol como figura opositora al gobierno venezolano, enemiga de los procesos democráticos en su país, promotora de protestas violentas conocidas como guarimbas, y defensora del genocidio y exterminio israelí contra el pueblo palestino.
En vez de fomentar el diálogo y la concertación, ha abogado por insurrecciones civiles y militares con el objetivo de cambiar el poder político de forma violenta, y pide más sanciones económicas para ahogar a “su pueblo” en la pobreza, continuó.
¿Cuáles son los méritos para este Nobel? Se preguntó el secretario general del MIU.
Consideró que otorgar el Premio de la Paz a alguien que promueve invasiones militares, golpes de Estado, guerras y sanciones económicas contra su pueblo, es una vulgar aberración que de por sí pone de manifiesto sus reales propósitos.
En un contexto de crisis geopolítica y presión externa sobre Venezuela, el Nobel otorgado a Machado, afirmó Mejía, procura construir una figura de recambio ante el interés del Gobierno de Estados Unidos de producir un cambio brusco de régimen.
«El rechazo generalizado a este premio de los sectores que verdaderamente creen en la paz firme y duradera no permitirá que los interesados logren sus propósitos, utilizando de manera tan vulgar y vergonzosa un recurso noble convertido en un relajo», sentenció.
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