El Ministerio de Defensa observa con creciente inquietud los movimientos de Estados Unidos en el Caribe y la posibilidad de un escenario bélico en Venezuela.
Según reveló la columnista Daniela Lima en el portal UOL, tanto el ministro José Múcio Monteiro como los comandantes de las Fuerzas Armadas temen que una intervención estadounidense, alentada por el clima electoral en Washington y la retórica del presidente Donald Trump, pueda desestabilizar a toda la región.
UOl refiere que Brasil comparte más de dos mil 100 kilómetros de frontera con Venezuela y soporta una intensa presión migratoria derivada de la difícil situación bajo el Gobierno de Nicolás Maduro.
Cualquier acción militar aumentaría exponencialmente los desafíos humanitarios y de seguridad en la Amazonia, y el estado de Roraima, donde el país mantiene desde 2018 un centro de acogida masiva de refugiados.
«Este sería el momento más grave que hemos vivido. El mundo ya está consciente de lo que se gesta, y algunos analistas advierten que la retórica de Trump podría servir para justificar una maniobra geopolítica en el Caribe», alertó una fuente vinculada al área de Defensa.
El temor es doble: por un lado, la crisis humanitaria que seguiría al colapso venezolano, por otro, la inestabilidad militar que pondría en riesgo la soberanía brasileña en la franja fronteriza.
Para el profesor Leonardo Trevisan, especialista en relaciones internacionales de la Escuela Superior de Propaganda y Marketing en Sao Paulo, las intervenciones estadounidenses en América Latina tienen un patrón histórico.
«Estados Unidos recurre con frecuencia a este tipo de acciones, desde Chile hasta Panamá. Es una mezcla de pragmatismo y cálculo político», refirió.
Para Trevisan, un conflicto en Venezuela no solo tendría costos humanitarios y económicos altísimos, sino que reactivaría la vieja doctrina de dominación hemisférica de Washington, desplazando los esfuerzos de integración sudamericana impulsados por Brasil en los últimos años.
El analista Leonardo Sakamoto fue más directo. «Trump sigue siendo Trump. Es un líder autoritario y, aunque impredecible, su discurso de fuerza sirve para tapar los vacíos internos de Estados Unidos», apunta.
Por el momento, el mensaje de la cartera de Defensa es de vigilancia y prudencia.
El país, advierten fuentes castrenses, no puede ser arrastrado a una confrontación que reavive fantasmas de la Guerra Fría en su propio territorio.
Brasil, guardián de la mayor frontera sudamericana, sabe que cualquier chispa al norte puede incendiar la Amazonia entera.
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