Arce calificó en su cuenta de X esas acciones como una flagrante violación de lo establecido en el Derecho Internacional y una amenaza contra la paz y la estabilidad en América Latina y el Caribe.
“No engañan a nadie; no se trata de una guerra contra las drogas, son acciones injerencistas y violatorias de la soberanía nacional”, afirmó el jefe de Estado.
Denunció el dignatario que bombarderos estadounidenses sobrevolaron el Caribe, muy cerca del límite marítimo venezolano, como parte de maniobras intimidatorias.
Advirtió que estas provocaciones pueden derivar en una escalada militar que comprometa la estabilidad de toda la región.
Llamó urgentemente, asimismo, a la comunidad internacional para que mantenga una posición firme frente a estas agresiones y reafirmó que “este territorio es y debe seguir siendo Zona de Paz”, como la declaró la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en su reunión de La Habana en 2014.
Arce recordó los vínculos históricos y políticos entre Bolivia y Venezuela, y subrayó que esta condición obliga a defender la soberanía de los dos países frente a la injerencia extranjera.
Instó, además, a estructuras integracionistas regionales como la Celac, la Unión de Naciones del Sur y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos a convocar de inmediato encuentros de emergencia para coordinar una respuesta colectiva.
Esta semana, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó la autorización a la CIA a realizar operaciones encubiertas y a las fuerzas militares a realizar acciones en territorio venezolano con el pretexto de “combatir el narcotráfico”.
Con anterioridad, sobre la base de esa justificación, desplegó una poderosa escuadra naval en el Caribe próximo a Venezuela con barcos de guerra, un submarino de propulsión nuclear, miles de efectivos y una fuerte artillería que incluye unos mil 200 misiles cruceros de largo alcance.
Entrevistado la víspera por Prensa Latina, el embajador de Venezuela en Bolivia, César Trómpiz, denunció “la campaña de intimidación y mentiras del imperialismo”, y recordó que, según Washington, ya fueron asesinadas a cohetazos 27 personas que navegaban en pequeñas embarcaciones como turistas o pescadores, sin que hasta ahora hayan sido identificados.
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