La acción ocurrió en el estado de Zamfara, próximo al de Borno, cuartel general del grupo islamista Boko Haram, sospechoso de la acción, aunque el parte solo identifica a los atacantes como “bandidos” y no especifica fecha.
De comprobarse la conjetura, la emboscada marca el reinicio de las operaciones de ese ente, aunque en la zona también opera Estado Islámico en la Provincia de África Occidental.
Los frecuentes ataques de ambos insurgentes son el principal dolor de cabeza del gobierno central de este país, mayor productor de petróleo de África.
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