Aunque se desconoce el origen exacto de la efemérides, cada 19 de octubre se celebra el Día Internacional de las Catedrales, con el objetivo de destacar la arquitectura, el arte y el impacto de la acción social de las iglesias principales de la diócesis.
En estos monumentos, con diseños complejos y a gran escala, se realizan ritos litúrgicos como la confirmación, la ordenación sacerdotal y la consagración real de monarcas, oficiados por un Obispo.
Según registros sobre el tema, las catedrales, cuyo término proviene de la palabra cathedra o «asiento del obispo», comenzaron a construirse durante la época del Cristianismo.
Numerosos estilos arquitectónicos las definen: bizantino, paleocristiano, románico, renacentista, barroca y gótica.
Si bien todas destacan por diseños que las convierten en hermosas obras, auténticas y especiales, un estudio revela algunas de las catedrales más emblemáticas del mundo.
Figuran en él la Catedral de Notre Dame (Francia), la de Etchmiadzin (Armenia), Catedral de Salisbury (Reino Unido), de San Basilio (Moscú), Catedral de Metz (Francia), de Florencia (Italia), Catedral de Colonia (Alemania), Catedral de Cristo Salvador de Moscú (Rusia), Catedral de Sevilla (España) y la de San Patricio de Nueva York (Estados Unidos).
Por ejemplo, en Cuba se eleva con majestuosidad la Catedral de La Habana, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1982 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Otras edificaciones de este tipo exhibe con igual belleza la nación caribeña. Fortalezas que desde cualquier parte del mundo se alzan cual homenaje a siglos de historia, arte y religiosidad.
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