El artefacto explosivo, remanente de la guerra, detonó al paso de un camión que transportaba a trabajadores agrícolas, según informó Khaled Al-Samael, jefe de los Servicios de Ambulancias y Emergencias de Hama.

Los heridos fueron evacuados en primera instancia al Hospital de la cercana ciudad de Suqailabieh, donde recibieron atención médica primaria. Posteriormente, siete de los casos más graves fueron trasladados al Hospital Provincial de Hama para recibir cuidados especializados.

La víspera, cinco menores resultaron también heridos tras la detonación de una bomba dentro de una vivienda en la localidad de Khirbet Ghazaleh, en el este de la gobernación sureña de Deraa.

Este tipo de sucesos se multiplicó en diversas regiones del país debido a la alta presencia de municiones sin detonar. En septiembre pasado, dos niños perdieron la vida en las afueras de la ciudad de Al-Harak, también en Deraa, al explotar una mina mientras pastoreaban ganado.

De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), al menos 390 civiles murieron entre enero y junio de 2025 en Siria como consecuencia de artefactos explosivos no detonados. En ese mismo período, más de 500 personas resultaron heridas.

La OCHA advirtió que la contaminación por explosivos remanentes representa una amenaza letal persistente, especialmente para niños, agricultores y comunidades desplazadas que regresan a sus lugares de origen tras años de conflicto.

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