Citado por la agencia jordana Petra, Faraya recordó durante su intervención en la Conferencia de Viena sobre Migración, que Amán acoge actualmente a 3,5 millones de refugiados de 43 nacionalidades, entre ellos 1,4 millones sirios, de los cuales menos de 100 mil residen en campamentos.

El resto, subrayó, vive repartido en ciudades y comunidades jordanas, lo que generó una creciente presión sobre los servicios públicos, infraestructuras y recursos básicos, especialmente el agua.

La cuota anual de agua per cápita en Jordania no supera los 61 metros cúbicos, una de las más bajas del mundo, advirtió el titular, al destacar los esfuerzos del país por seguir garantizando servicios de salud, educación y acceso al trabajo para los refugiados, pese a las limitaciones.

En relación con la seguridad fronteriza, Faraya se refirió a los 378 kilómetros de frontera compartida con Siria, los cuales exigen un trabajo coordinado y constante para combatir el tráfico de drogas y armas.

Confirmó que solo en lo que va de año las autoridades jordanas incautaron cerca de ocho millones de pastillas de Captagon, en su mayoría procedentes de redes de contrabando transfronterizo.

En cuanto al retorno voluntario de refugiados sirios, el alto funcionario explicó que las cifras siguen siendo reducidas debido a la ausencia de condiciones seguras y sostenibles en el país vecino.

Según datos de Naciones Unidas, desde el derrocamiento del gobierno de Bashar Al-Assad el ocho de diciembre de 2024, más de 133 mil sirios regresaron desde Jordania, de un total de 779 mil refugiados retornados desde países vecinos.

Faraya reiteró la necesidad de impulsar una respuesta colectiva que asegure los recursos suficientes para contener posibles nuevas crisis migratorias. En ese sentido, denunció que el apoyo financiero al Plan de Respuesta a la Crisis Siria 2025 apenas ha alcanzado el 12 por ciento de su meta, e instó a la comunidad internacional a intensificar sus compromisos.

ro/fm