Según el ministerio de Relaciones Internacionales y Cooperación, el fallo, emitido la víspera, reafirma las obligaciones preexistentes de Israel bajo el derecho internacional vinculante.
En un comunicado emitido al efecto, la Cancillería difunde cómo la Corte subrayó que no existe ambigüedad legal respecto a los deberes israelíes de facilitar y respetar los mandatos de organizaciones humanitarias independientes que operan en el territorio ocupado.
En particular, el tribunal con sede en La Haya recordó la obligación de Israel de no utilizar la inanición de la población civil palestina como método de guerra. Además, reafirmó su responsabilidad como potencia ocupante de garantizar suministros esenciales para la vida diaria, incluyendo alimentos, agua, medicamentos y refugio, se refleja en el documento.
La Corte se refirió al papel indispensable de las Naciones Unidas, específicamente de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (Unrwa), y señaló que Israel no ha sustentado sus alegaciones sobre la parcialidad de este organismo.
En consecuencia, el fallo establece que Israel no puede tomar acciones unilaterales contra Unrwa, en violación de sus obligaciones bajo la Carta de la ONU.
Cualquier restricción arbitraria que impida las operaciones de ayuda humanitaria resulta incompatible con el derecho internacional humanitario. Como potencia ocupante, Israel tiene prohibido extender sus leyes domésticas, incluyendo la que prohíbe a Unrwa, al Territorio Palestino Ocupado, añade el Ministerio.
La Corte también reiteró la prohibición absoluta de la transferencia forzosa y deportación de palestinos, así como el derecho de los detenidos palestinos a ser visitados por el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Subrayó además que Israel debe respetar, proteger y cumplir los derechos humanos de la población palestina, obligación que persiste incluso durante conflictos armados.
De otro lado, hoy el nombrado embajador de Estados Unidos en Pretoria, Leo Brent Bozell, declaró ante el Senado norteamericano que presionaría a Sudáfrica para que retire las demandas contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia.
Bozell afirmó que comunicaría al gobierno sudafricano las objeciones de Washington ante lo que calificó como «desvío geostratégico» de Sudáfrica del no alineamiento y la inclinación de Pretoria hacia competidores como Rusia, China e Irán.
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